lunes, 26 de noviembre de 2012

Alta suciedad - Andrés Calamaro (1997)

El disco perfecto de Calamaro. El mejor proyecto del cantante como solista. Sin puntos bajos, sin canciones de relleno, con por lo menos 10 clásicos del rock nacional. Media Verónica, Flaca, Loco, Todo lo demás, Crímenes perfectos, entre otros.
El último proyecto de Calamaro que salió redondo. Luego vino Honestidad Brutal, que tiene una serie de temazos mezclados con otros perfectamente olvidables, cosa que acá no pasa, y después...
Pero no importa lo otro, de vez en cuando vuelvo a este disco y me reconcilio con un grande del rock en español, que a muchos nos marcó como generación y a quien le estoy muy agradecido.







sábado, 24 de noviembre de 2012

Cartas Marcadas - Alejandro Dolina.

Entre una niebla apocalíptica se vislumbra nuevamente el barrio de Flores, presente en la literatura de Dolina desde Crónicas del Angel gris, como así también sus personajes, Mandeb, Allen y el ruso Salzman. Además hacen su aparición nuevos personajes geniales como Hades Pérez, Ferenzky, alquimista y regente de un cabaret, El poseído Basaldúa o, el mejor de todos, Boceto.
El libro en sí se presenta como un laberinto o una trampa. Capítulos falsos, palabras o frases enteras tachadas, páginas o capítulos que despiertan sospechas al asociarlos con autores anónimos de distintas épocas de los que se invita a desconfiar. Cada capítulo está relacionado con una carta de baraja francesa desordenada, invitando a buscar un orden que no sé si existe. Los capítulos van y vienen en el tiempo, cambian de personajes, vuelven sobre sus pasos, se contradicen.
Interesante como experimento compositivo, con partes sobresalientes, situaciones insólitas, personajes excelentes, pero con una inconsistencia como totalidad que, aunque quizás sea un efecto buscado, no logró convencerme.

Algo del libro:

"Después del fin del mundo, Marco Ferensky se encontró en pleno estado de conciencia rodeado de una muchedumbre desconcertada. El planeta había sido arrasado. El cielo, ya sin estrellas, era tal vez rojizo o negro. Todo parecía calmo. Nada fluía. (...)
Evidentemente había otra vida. Aquel lugar inhóspito debía ser el más allá.
El alquimista sentía que se apagaba. Entonces vio una figura familiar que se acercaba corriendo. Se trataba de un ser sorprendente que al mismo tiempo era Manuel Mandeb, Jorge Allen y el ruso Salzman.
- Ferenzky... Lo hemos estado buscando
- Disculpen la observación, pero no me sorprende que ustedes tres sean uno.
- Todas las personas se parecen, todos los lugares son iguales, todos los libros son el mismo libro, si uno es lo suficientemente estúpido.
- un pensamiento muy agudo, digno de cualquiera de ustedes tres.
- Tenemos malas noticias, Ferenzky.
- Hemos muerto... ¿Qué otra cosa peor nos podría suceder?
- No queremos alarmarlo, pero según andan diciendo la religión verdadera resultó ser una de las peores, si es que no la peor de todas.
- Siempre ocurre lo peor, estoy acostumbrado. ¿De qué religión se trata?
- No sabemos... Pero da lo mismo. Todos los que no pertenecen a ella recibirán un castigo espantoso. Es decir, la creación es un asunto de los malvados.(...)
Ferensky vio venir a Nadine Stéfano, alumbrada por los útlimos restos de claridad que quedaban después de la catástrofe. Era la única persona bien vestida y flotaba en el aire. jorge Allen se separó de sus amigos y constituyó un ser independientee sólo para llorar por ella. Ferensky, con acento criollo, le dijo un piropo.
- Ahí va... ahí va el paraíso.
Ella no dijo nada y desapareción en las alturas. (...)
Marco Ferenzky advirtió que todos se iban afantasmando. Cuando ya estaban transparentes, se les apareció un personaje celestial blandiendo una espada flamígera.
- Breve enumeración de símbolos... Trompetas celestiales, cuerno de Gjallarhorn, colapso del puente Bifrost. Consideraciones sobre la perpetuidad de las penas infernales, etcétera.
- ¡Boceto! ¿Qué hace usted aquí?
- Situación de emergencia, carencia de ángeles, prestigio de los Brujos de Chiclana en el más allá. y todo por el estilo.
Ferenzky emepzó a sospechar algo más siniestro que el infierno. Salzman, Mandeb y Allen desaparecieron por completo. De pronto, vio a su madre, negada, inconcebible, casi imposible de reconcoer ya que se había puesto muchas máscaras, una sobre la otra.
El alquimista que es huyó a través del inmenso campo. Su madre lo persiguió durante el primer tramo. Luego, fueron tomando su lugar otras mujeres enmascaradas que eran su tía, o una bailarina de tangos, o las prostitutas de Saint Germain.
ferensky se detuvo agitado. Estaba solo. Enseguida comprendió que no había otra vida. Que su percepción, por inercia, le estaba otorgando estas postreras sensaciones de muerto. Unos últimos amigos ilusorios se presentaron desprolijos e incompletos. Ferensky los mandó a la puta que los parió y se arrojó a un abismo ardiente que de pronto se abría a sus pies. La tierra se cerró sobre él, y lo apretó tanto que ya no tuvo lugar ni para el más mínimo vislumbre de conciencia."